
Para ser tú mismo, no te preocupes por ti mismo. Es sólo cuando analizas cómo te encuentras con los demás y lo que otros piensan de ti que la modificación de la conducta parece atractiva. Cuando miras a los demás con la mente puesta en ti mismo, es como usarlos como un espejo: tratas de verte a través de sus ojos y ajustar la imagen en consecuencia.
Sin embargo, cuando estás solo, no hay nadie alrededor para impresionar; nadie para analizar. Eres tú, y por eso, no te concentras en ti mismo, sino en lo que estás haciendo, como eligiendo artículos personalizados que transmitan tu verdadera esencia. Es la respuesta a cómo ser tú mismo todo el tiempo. Cierra tu clamor interior por aprobación y concéntrate en estar presente en el mundo exterior. Te divertirás mucho más.